Pero toda nuestras metas pueden cambiar en un segundo. Crecemos físicamente, pero, sentimentalmente, nos derrumbamos con cualquier movimiento equívoco de nuestro alrededor( metafóricamente). Sentimos ansiedad, frustración, inocencia, duda, miedo, nervios, tristeza...Somos un mar lleno de almas muertas, un mar donde la felicidad desaparece cuando miramos adelante. Expulsamos meticulosas gotas translúcidas cuando caminamos, cuando nos esforzamos por dar un paso más, olvidando la agonía anterior. Somos libres, somos pájaros, somos guías primitivas sin conocimientos poderosos para pasar a otra dimensión...esa dimensión donde no existe lo terrorífico, sino caminos fáciles de arriesgar y fáciles de sentir.
No. Esto está mal.
Cambiemos el momento, por alguno más esencial:
"Expulsamos meticulosas gotas translúcidas cuando caminamos, cuando nos esforzamos por dar un paso más, olvidando la agonía anterior"... Comencemos a pensar que el fracaso o las malas noticias es un método de superación individual. Pensemos que en perdernos, encontramos el camino; en caernos, nos levantamos; en llorar, nos desahogamos; en la confusión, luego, aprendemos... La vida nos enseña a tropezarnos una y otra vez con nuestra misma premisa, porque al fina...todo es un círculo vicioso. Si mañana llueve, pasado solea; si pasado solea, el próximo llueve.
Miremos los errores como un profesor que lo que intenta trasmitirnos es que nos demos cuenta de corregir la pequeña errada por una nueva y mejor. Superación, continuidad, satisfacción....no olvidemos que los grandes triunfos relucen del aprendizaje vivido.
Seamos quien seamos, no imaginemos la vida que queremos ser....seamos la vida que imaginamos!!
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