miércoles, 11 de mayo de 2011

Sin ver más allá de lo que ves.

 Clara, una hermosa jóven, con tez fina y sensible, con un pelo muy largo y precioso, vivía en un país llamado MIl y una Aventuras. Nadie sabía de este país. ("-Qué extraño", pensaréis). Ella odiaba todo, odiaba la Tierra, odiaba el mar, odiaba las montañasy odiaba a la gente. Era rara, sí. Una mañana ella se levantaba para ir a clase y le tocaba matemáticas; las odiaba. Pensó: "Porqué tengo que ir a una clase que no me gusta?" Desde cuando el país llamado España no es libre? Alomejor no sabré qué es la libertad?...Continuaba pensando en estas preguntas una y otra vez, hasta llegar a la clase. La porfesora repartió los exámenes y el de Clara suspendido. Hoy el día, para ella, era horrible; insoportable. Al acabar se fue a su habitación, se tumbó en su cama y reflexionó: "-No entiendo el porqué, el porqué de todo; No entiendo el mundo injusto que me hacen estudiar una cosa que a penas se me da bien, que a penas nunca le pondré interés y que a penas intentaré de aprobar, porque en mi mundo son así las normas. Y porque la frase de mi mundo es: Vive y sé feiz, y jodidamente no soy feliz haciendo mates. Desde ahora me rebelaré y me manifestaré ante la humanidad!".
Son pensamientos crueles, son pensamientos instantáneos delante de un efando...ella no sabe como sacarle brillo a su vida y decide acabar mal:
Años después, ella dejó los estudios y entró en el mundo de las drogas, del alcohol y del sexo. Vivía aislada, del mundo en un apartameinto cerca del Casco Antiguo, donde allí la luz es ajena y desconocida. La cuestión es que vivía con su novio, Kzeta, un "jonki" de barri, donde su vida era alegría con ayuda llamada: heroína. Una mañana Clara salió a la calle a comprar tabaco y de pronto se giró y vio a un chico. Ella se pensaba que soñaba porque era el chico más guapo que había visto en la vida. Sus ojos, dos gotas de espernza; su sonrisa era una ayuda pedida del cielo; su cuerpo, un amor a primera vista que le hacía creer en que la Tierra sí existe. Él, la miraba de arriba a bajo, mirándo lo guapa que er y lo bajo que ha caido. Ella se presentó y le pidió ayuda inmediata. Él, sin saber cómo actuar, le dijo que sí y la invitó a tomar un café. Se conocieron, lloraron juntos, se compasionó quedándo otro día con ella pero Fran, así se llamaba, le insistió una promesa: que tenía que cambiar ya. Y así lo hizo.
Pasaron semanas y parecía que cada vez Fran sentía algo más fuerte por ella y que de verdad había encontrado a una princesa maravillosa dentro de un traje oscuro y pudriente. El se confesó: "-Eres la mujer más bella y especial que conozco. Nunca imaginé llegar a enamorarme por una callejera como tú, alguien que jamás pondría interés...pero tú, Clara eres buena y sé que no eres así. Tienes que ver el mundo desde tus pies y aceptar lo buneo y lo malo. Porque las esperanzas y los sueños existen y ahora tú eres el mio y juntos crearemos un mundo mejor, un mundo solos pero a la vez con todos.
TE QUIERO.
Angie