Hay momentos en los que lo único que te gustaría hacer es volar, desconectar, no pensar, no sentir, no ver, no querer, no parar, no mirar hacia atrás,etc. Y es en ese mismo instante que empiezas a correr sin una dirección fijada en tu ruta, sin estar preparados, sin tener lo necesario. Entonces lo único que nos acompaña es nuestra tristeza y nuestras lágrimas. Llegas a un punto del mundo y te detienes. Observas todo; te sientes perdida porque no sabes adónde te dirigirá tu espíritu aventurero.
Te sientas y reflexiones. ¿Nunca antes habías tenido esta sensación? Toda la vida la tenemos y siempre la tenemos, porque nuestra vida está hecha para encontrar nuevos caminos y nuevos estímulos( unos malos, otros buenos pero siempre acaban con un final trágico: la muerte).
Cuando pasa una hora piensas que solamente ha pasado 2 minutos de reloj y es en ese momento cuando piensas que tu vida tiene que cambiar, porque el tiempo " es oro" y no hay porqué despreciarlo, ¿no?. Es hora de dar un giro de 360 grados y allá donde te dirija el último grado, has de emprender tu nueva vida: cambio radical.
Desde otra perspectiva:
Te encuentras sola, sin ganas de nada. Solo deseas llorar sin parar porque piensas que la vida te ha traicionado y , por lo tanto, ya no mereces vivir más , ¿ verdad?. Pero ALTO, no es del todo cierto. En ese momento coges un coche,una bicicleta o una moto. Te diriges velozmente hacia el horizonte, sin mirar atrás. Pones la música, los cascos, al volumen máximo y te evades ligeramente en tus pensamientos dejando caer una lágrima de cada ojo. Y aceleras más....cada vez más. Has llegado a un golfo muy grande , que ves, desde el peñón la arena a 18 metros de altura. Son las 7:30 y se está escondiendo el sol rápidamente, pero el cielo queda de color azul-grisento. Además, e viento tambalea la arena y la hace volar hasta tu piel; las olas chocan contra las rocas y ves que algo va mal en el cielo: empieza a llover bruscamente.
Pero a ti eso te da igual, porque te da más motivación para sentirte mal y dejarte llevar por el viento. Cierras los ojos y respiras intensamente. De repente los abres y ves el mundo, tan maravilloso como el primer día que lo viste. Ahí te das cuenta que no vale la pena derramar ni una lágrima más..¿Por qué?. Tu contestación será: "Porque soy joven, lista y atrevida. Mi vida es demasiado importante para dejarla perder por un simple pensamiento, por una simple tristeza. Porque las cosas igual que vienen, se van y viceversa". Es hora de comenzar una nueva etapa donde no haya más tristezas, donde no haya más atardeceres lluvioso y esperpénticos.
Concluyo estos dos puntos de vista diciendo que es hora de rebobinar, y de poner el play de nuevo. Pero es demasiado evidente, aunque demasiado difícil de conseguir. Por eso propongo un plan, donde tu y yo estaremos de acuerdo: Piensa que todo es un bonito sueño, pero cuando llegue el momento más amargo vuélvete a dormir y despiértate, al cabo de 8 horas, con una cinta nueva en la mano y la vieja guardada en una caja bajo tierra. De esta forma, nunca nos desprenderemos de los recuerdos ( porque es imposible) pero al menos, los mantendremos alejados para dar paso a otros nuevos.
Angie R.