miércoles, 12 de junio de 2013

Soñar no es gratis


El mundo sigue sin pausa, sin apenas un respiro. Caminamos senderos desconocidos, calles vírgenes, playas desahuciadas. El niño no llora en la soledad ni abre los ojos en la pobreza que le rodea. Él camina despacito sin ninguna distancia medida, sin ninguna teoría de la vida. No se detiene en ningún escaparate ni sueña gratis las respuestas de su entorno. Él no sigue líneas rectas, porque solo encuentra torcidas, desgastadas, cortadas y sucias, muy sucias. Él no se rinde en la lluvia veraniega del 4 de Julio, ni observa las estrellas de las noches bohemias a fin de pedir el deseo de su vida.
Sin embargo, pierde el tiempo caminando sin mirar atrás. Atravesando injusticias humanas, respirando el aire de las dificultades. No intenta sentarse y buscar comida y cobijo. Intenta enfrentarse a las blandas columnas desordenadas que se hallan en los caminos. El niño va chocando constantemente y no se cae. Aguanta el dolor y la presión de pensar en correr para pasar la calle y poder girar en la intersección. No mantiene miradas cautivadoras con la gente, ni se detiene a buscar un trozo de pan para merendar en la casa de su tía.
A penas huele el aroma de felicidad en la casa de la pradera, donde allí habita la suerte, la elegancia, la frescura y la buena vida. Él imita muy bien su futuro, imaginando cada cuadro y cada escena. Se ve feliz,muy feliz porque con esfuerzo la recompensa llamará a su puerta. Pero tiene miedo.
Se pregunta porqué a él. Por qué cavar muy hondo para encontrar una raíz cuando otros cavan poco y encuentran tres? Sus preguntas se reflejan en la mayoría de los ciudadanos del mundo. El niño meditó y vio que todo se equilibra. Unas personas tendrán buena vida al principio, sin sudor alguno; luego el futuro se acomodará en cuyas vidas para repartir el esfuerzo que no repartió al principio.
Otras personas necesitan más esfuerzo para arrancar el motor, con mucho sudor. Luego, la recompensa será el futuro que siempre desearon.

El niño pensó que nada se regala,que todo se paga. Si te toca pagar el principio, hazlo ahora para poder merecer el futuro deseado. Si se deja de pagar el principio, el futuro será el reflejo de lo que cada uno quiso hacer. En este caso, pagar lo que uno no pagó cuando tocó.
Él vio que sus esfuerzos que vivió tan joven le hizo ver lo que era hoy. Su alrededor se transformó en el aroma de la felicidad que él un día olió, de aquella armonía maravillosa y risueña que transmitía la buena vida. Desde entonces, abatió cada obstáculo sin ninguna dificultad. Consiguió dar pasos seguros, firmes y activos. No volvió a abastecerse de su alrededor ni a cerrar los ojos para no ver el entorno de injusticia s humanas. Nunca más gritó ni nunca más se aterrorizó.
Angie R.